domingo, 12 de diciembre de 2010

Más y más de Kinky


El rock latinoamericano son tambores, trompetas, brincos, protesta, guitarras; es gente coreando, energía. Es Molotov, Cerati, Bersuit, Cafeta, Los Prisioneros… y ahí sigue la lista. Pero el rock es insaciable, se fusiona y ve dar frutos de esa mezcla.Ya no estamos en los noventas, ya pasó la época disco, el glam rock se quedó en los vinilos…y no es muerte, porque todo esto revive, se transforma, bandas nacen y se van fugaz, otras se quedan, y para rato.


Algo de eso es Kinky. Una banda con una corta carrera que ha sabido hacerlo bien. Si bien no están entre las 100 mejores canciones del rock latinoamericano, están en mi lista de favoritos (y yo se que de otros cuantos). Después de su fugaz presentación en Palmares de 2009, tuvimos que esperar casi 2 años para tener el concierto que nos merecíamos.

A las 11:47 empezó la gente a bailar hasta quemarse. Salieron al escenario Ulises, Carlos, Omar, César y Gil con un excelente show de luces y ganas de poner el público a saltar. Ya con Mexican Radio empezaron a dejar en claro que Kinky no es una banda que piensa en pequeño, sino una mezcla de ritmos exquisita capaz armar una pieza digna de romper el piso a brincos o bailando “zapateado”, como dijo Gil.

Cada uno de los instrumentos tenía una cámara que proyectaba imágenes en vivo a una pantalla gigante combinado con efectos de colores al ritmo de la música: impecable. Ya para ese momento el público estaba lo suficientemente inyectado para corear Mirando de lado, Una línea de luz y saltar mientras Gil mezclaba y Omar se lucía en la batería.

Y Gil sacó una trompeta….y empezó a sonar Soun da mi primer amor, hermoso. “Griten con huevos Costa Rica”, “estupenda bienvenida, gracias por hacérnosla pasar tan bien” decía el vocalista. Así fueron pasando una a una las piezas mostrando en cada una de lo que son capaces de hacer, haciendo un recorrido desde su primer disco homónimo del 2002 hasta su más reciente material Barracuda del 2008.

Es lindo ver a los músicos inyectados, disfrutando en el escenario y el público insaciable en la pista de baile. Ulises con el acordeón, Omar en una batería con muchísima fuerza y César subido sobre los amplificadores con el bajo. Y luces, más luces.

Cerraron con Coqueta, pero claro no faltó el otra y salieron nuevamente los mexicanos a tocar 3 piezas, entre ellas Presidente, con la que Gil terminó en el suelo. Luego empezó la la la la la la la, una calavera en la pantalla y saltos, muchos saltos. A dónde van los muertos fue la despedida de Kinky, la canción con la que cerraron la gira de este año.

No fue un estadio lleno, no fueron miles de personas, no fue el sonido digno de un Glastonbury, pero fue un buen sabor en la boca, oídos satisfechos, pies cansados, garganta seca y ropa impregnada de cerveza.

Fue Kinky. Lo que el Jarkor fest no pudo hacer. Lo que mucha gente quiere seguir viendo.


Acá algunas futuras sugerencias: Zoé, Plastilina Mosh, Los dynamite, Sussie 4.....