domingo, 21 de noviembre de 2010

Skatedra y política

No podía ir al Skatedra, aunque no me faltaban las ganas. Ya me hacía falta un concierto grande, después de que la fallida visita de Limp Biskit me dejó con las ganas de gritar Rollin’ y el Jarkor Fest, jarkor nunca se hizo. Entro ayer a facebook para encontrarme con que habían cancelado el evento, que fue un recurso de amparo, que problemas con los permisos… qué cagada fue lo que pensé, malditos vecinos incómodos, mala suerte con los conciertos de este año. Otra vez más gente enojada, reclamando plata, con las ganas de chivo.

Sin embargo, abro hoy el periódico y me encuentro con las declaraciones del presidente del Concejo Municipal de Heredia “Este tipo de conciertos son incompatibles con la política que queremos para el cantón, para la juventud. Los que van a estos conciertos de música moderna, de pelos largos, salen en el mejor de los casos alcoholizados y otros drogados, y esto da pie a disturbios”.

Entonces ¿qué es una política compatible con el cantón? Jóvenes con pelo corto. Se habla de espacios de recreación, de formas de expresión, de que falta más arte en los colegios, pero no se hace más que cerrar estos espacios. Qué más bonito que estar en un concierto entre una multitud coreando a todo pulmón. Quedar ronco, con los pies adoloridos, con la ropa sudada, drogado de escuchar en vivo el disco que hemos reproducido miles de veces, que llevamos en el bolso a ver si la suerte nos regala un autógrafo. Eso para mi es juventud, arte. Porque estando ahí entre toda la gente, a nadie le importa si tenés el pelo largo o de donde venís, importa si la guitarra suena bien o si van a tocar tal pieza.

Pero no, la política de la municipalidad es seguir creando estereotipos, construir una pared más alta y dura para los que nos gusta la música, seguir pisoteando al artista nacional, tachándolo de revoltoso. Porque claro el Ska causa disturbios, el Metal hace a los jóvenes agresivos, el rock es la principal causa de las drogas. La música es el problema más grave de Costa Rica.

Muy fácil encontrar el culpable y señalar, sigamos haciendo de la política una pirámide vertical, donde una firma es más poderosa que las masas. Porque cancelar conciertos es la solución a los problemas de la juventud costarricense… ah y no se les olvide ir a votar a las elecciones municipales.